El advenimiento
del socialismo
Antes de que se pueda establecer el socialismo, ese
nuevo gobierno mundial, es necesario un paso previo.
Antes de que podamos empezar a pensar en como vamos a
salir de esta crisis, debemos tener en claro hoy que esta crisis es terrible,
progresiva e inacabada.
Porqué? Porque la única solución es empezar por
establecer el valor de las cosas. Le hacen un plan a Grecia, fracasa. Le dan el
doble. Vuelve a fracasar. Ahora le dan el doble y le rebajan la mitad, vale
decir, se declara oficialmente a Grecia en quiebra, pero de mentiritas. Jaja,
qué comparte Grecia con el resto de Europa? Su deuda. Como hicieron los militares con nosotros.
El precio inicial lo pagará el mismo país. Sus
trabajadores serán llevados al estatus de país del Tercer Mundo. Su hora de trabajo valdrá lo mismo que en la
periferia. No pareciera que el nivel de quilombo vaya a bajar por un tiempo en
Grecia.
Pero al recaer sobre toda la Comunidad el peso de la
deuda griega, al quedar reducidos a la mitad o a su cuarta parte de su valor el
montón de papeles que asegura que Grecia te debe tanto y te lo va a pagar, vale
decir, una montaña de, ojo, no dinero, sino de valores, se ha esfumado ante los
ojos del planeta. Y, como en el ´29 con las grandes corporaciones, ahora pasará
por los países.
Los indignados van a seguir indignándose, y a medida
que las direcciones sindicales se nieguen a encabezar la lucha más indignados
van a tener.
Porque los próximos estados son España, Irlanda, Portugal,
Italia. Si quiebra uno más, el mundo entrará en pánico, encima con esto del fin
del mundo, jaja, pero si quiebran los cuatro la Comunidad misma se va al
tacho.
La lucha en Chile, a pesar del alto nivel de
popularidad del presidente gracias a su foto con el minero desenterrado, es una
crisis alta, y si bien no creo que ganen porque no cuentan con apoyo, en
cualquier momento se encuentran los indignados con los pibes y agarrate. La
economía chilena basa su desarrollo en el comercio con el centro. Con EEUU, con
UE y con Japón. La continuación de la crisis y la recesión la perjudicarán
bastante, no vaya a ser que se encuentren en una misma esquina los pibes, los
indignados y los desempleados. Yo que Piñeira voy dando cursos acelerados a los
carabineros de conducción de tránsito en las manifestaciones.
Y el proceso en Medio Oriente va hacia un
enfrentamiento violento, muuuuuy, que quizás sea el inicio de la Tercera Guerra
Mundial. La caída de los regímenes dictatoriales y la primavera árabe, dan un
marco excepcional y nuevo, un deambular tambaleante y desorientado hacia la
libertad. Se opondrá a Irán? Habrá una primavera árabe en Irán? Creo que sí.
Pero si la gente toma el poder en Irán, se unirán al resto?
Como resulte, lo que me interesa es el futuro del
resto. Podrán las nacientes naciones de Medio Oriente dotarse de gobiernos
democráticos y posmodernos? Estables?
Lo único que tienen de seguro es que son naciones
solventes. Solventes en términos de dinero. Pero si la maquinaria capitalista
colapsa, y el planeta se detiene, su petróleo valdrá lo mismo que en la época
de Mahoma.
En lo primero que van a alcanzar consenso es en
destruir Israel. Israel está perdido, y lo sabe. Lo sabe desde Gaza. El
metrónomo capitalista está marchando y cuando todo se pare, un judío en
Jerusalem será el primero en apretar el botón rojo. Nada menos que uno del
pueblo elegido.
Bueno, ese metrónomo nos marca el tiempo que tenemos
para salvar al planeta. Hay que pararlo antes. Aunque sea un segundo antes de
eso, debemos poder formar un gobierno mundial que se ocupe de detenerlo.
EEUU marcha velozmente a su fin. La combinación de los
indignados con las elecciones brindará un año, a contar desde hoy, donde el
proceso yanqui entrará en bancarrota, las instituciones en crisis, y el próximo
gobierno será el primero en la historia (norte) americana en caer por una
insurrección popular. El patrón dólar desaparecerá y volvemos la historia atrás
hasta Breton Woods.
Esto no le hará nada bien a la UE.
En resumen, entonces, volvamos a leer el manifiesto de
la cuarta y lo que dice que pasaba entonces está pasando ahora. La inminente
revolución mundial que anunciaba fue conjurada por la consolidación del
imperialismo, conseguida mediante la traición del estalinismo, y la
consiguiente aislación de cualquier otra lucha hasta comprarla, como compró al
estalinismo. Compró los sindicatos, compró a Gadafi, compró los medios
alternativos.
Es la caída del muro lo que precipita esta caída. No
tanto económica, sino ideológicamente. El símbolo del mal que encarnó Stalin no
pudo ser reemplazado por Khomeini. Stalin tenía detrás una nación enorme llena
de gente que creía en el socialismo, vale decir, en la superación del
capitalismo. Khomeini quiere el fin del capitalismo, como aquél. Pero es sólo
una reacción de autodefensa, no un proyecto superador. Ahí quedó.
El guardaespaldas de EEUU cayó, y ahora éste tambalea.
En esas condiciones no puede hacer de guardaespaldas de Israel.
Antes que eso
suceda, debemos intervenir en la lucha de clases mundial, con una alerta. Lo
que está en crisis ahora, como en el ´29, son los precios. Los valores que
representan cosas.
En su época, Marx refirió el valor de las mercancías
como una variable dependiente del tiempo de trabajo encerrado en ellas, y al
valor de la hora de trabajo como el suficiente como para mantener al obrero.
Las dos dimensiones han perdido su valor.
El tiempo de trabajo humano incorporado a la mercancía
final comparado con el ritmo de producción de la época marxista se diluyó.
Y el valor social de la hora de trabajo también. El
capitalismo utilizó a ésta para valorar la hora de trabajo de los sectores
periféricos refiriendo los valores al sector central, el de su propia
producción. El valor de la hora de trabajo del obrero metalmecánico era el
indicador social utilizado como rasero para medir el valor de la hora de
trabajo de toda la sociedad.
Esta crisis en realidad viene a poner en crisis ese
concepto.
Nada más pedagógico que el ejemplo de Grecia. La
unificación de la moneda nunca significó la unificación del valor de la hora de
trabajo.
El obrero de Siemens, mimado del capitalismo, gana lo
suficiente como para pagarse putas en grecia cuando va de vacaciones, el mozo
que lo atiende y el hotel con jacuzzi.
Ese pedestal capitalista debe ser derribado.
En realidad, se
está cayendo solo, aunque faltará que las masas lo derriben. Hasta hoy ese
proceso ha conseguido ser detenido (en parte) por la increíble domesticación
ejercida sobre el proletariado europeo por sus cobardes direcciones sindicales
y políticas, la traición ideológica de la izquierda que se define a sí misma
como revolucionaria, y la inexistencia de alternativas no suicidas.
Si bien el pacto que mantiene ésta condición es un
pacto bien atado, es difícil que consiga mantenerse indemne mucho tiempo. El
esfuerzo solicitado, la pérdida del Estado Benefactor y la vuelta a las
condiciones de trabajo anteriores a la fundación de la primera internacional.
Como dice Marat[1],
el estado benefactor murió.
[1]
La barricada cierra la calle
pero abre el camino. Recomiendo el blog, está bueno, el dueño es medio peleón
pero tiene la lógica interna del método dialéctico incorporada hasta el
tuétano. Si bien no me gustaría discutir con él, si tuviera que hacerlo, lo que
me gustaría es saber que voy a enfrentar argumentos y no insultos.
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