Chavez, evo y el socialismo
Desde que se plantean socialistas, nos surgen un par de
preguntas. Nos ponemos contentos, como los del mas cuando fuimos a festejar el
triunfo de felipe gonzález en españa?
Hacemos unidad de acción con ellos? Los enfrentamos
convirtiéndonos en su peor enemigo? Sea cual sea la actitud que tengamos, a las
tres de la mañana nos despertamos con pesadillas recurrentes en las que chavez,
evo y lula tienen las caras de stalin, perón y fidel.
Cómo decía el trotkysmo con respecto a un posible invasión
de la URSS ?
Había que defenderla, incluso al riesgo de enviar brigadas de combatientes tan
inútiles como los de la guerra civil española.
Así que en el supuesto caso de un enfrentamiento armado
entre cualquiera de estos payasos y el imperialismo, deberíamos estar en la
misma trinchera.
Pero tan evidente línea de acción, la que pareciera como la
más nítida y urgente, la que hay que definir antes que nada, sobre todo los que
tenemos un pasado troskysta, en realidad es una ilusión.
Podríamos decir que las elecciones en una república, incluso
las más bananeras, son el ámbito de negociación entre la “voluntad popular” o
el deseo de las masas, y las opciones políticas que puede llevar adelante la
clase gobernante.
En ese sentido, hay que tener en claro que los gobiernos de
chávez o de evo, no han sido impuestos por las masas. Son la respuesta ofrecida
por el sistema a las aspiraciones de éstas por el socialismo. Quizás la última respuesta que
pueden ofrecer. Pero resulta muy efectiva, especialmente con la izquierda,
El deseo de las masas no llega hasta plantearse masivamente
el socialismo como meta consciente. Ni le gusta el nombre ni sabe lo que es.
Quiere superar las limitaciones que encuentra en su vida, y como un loco con su
chaleco de fuerza, se revuelve hasta que consigue romperlo.
En ese sentido, debemos recordar que la solución socialista
de chavez y evo es nada más que otro chaleco de fuerza.
Resulta tan efectivo que confunde a las masas, y
especialmente a la izquierda. Confunde porque ensuciando el nombre de
socialismo nos presenta lo que hace como el verdadero camino hacia él, y
cualquier otro camino alternativo parece mucho menos viable. Ultra izquierda.
Y mientras el sistema soporta como un mal menor el peso de
estatizaciones, planes de ayuda y comedores populares, recupera fuerzas y se
prepara para volver a imponer su política abiertamente. Esto es así porque
estos gobiernos no son el producto de una derrota, sino solamente un paso atrás
táctico, para hablar el lenguaje de los ´70. (Y ya que hablábamos de los ´70,
la zanahoria y el garrote, de Moreno).
Por eso si empezamos por discutir si lo sostendríamos en
caso de guerra, empezamos por comernos la cáscara de la banana. Nunca va a
pasar que lo van a querer voltear. Enfrentan considerable oposición, pero de
opereta. Trágica, en todo caso, si contamos los muertos de Pando. Pero, si
sucede, como en el ´55 con Perón, o en el ´76, con su viuda, será por no poder
controlar a las masas y ser impotentes para derrotarlas. [1]
Para poder entender a qué nos enfrentamos no tenemos que
olvidar en ningún momento que se trata de un gobierno enemigo de las masas que
se disfraza de socialista, que miente.
Como si fuera un gobierno menchevique. Lo que tenemos que
hacer es enfrentar abiertamente el concepto de socialismo que pretenden
imponer.
Socialismo es libertad, de pensar y de vivir.
Para poder enfrentar adecuadamente la mentira chavista,
nieta de la stalinista, hermana de Kerensky (hablo del golpe de Kornilov), debemos
luchar por el poder.
Para desenmascarar el chaleco de fuerza que pretenden hacer
pasar por socialismo, debemos tironearlo ahí donde cruje. Disputar centímetro a
centímetro por la libertad de vivir como se quiera.
Autogestión es la palabra. Está de moda por la ecología,
pero la clave es la lucha por la autogestión política y económica.
Debemos disputar en contra del poder del estado en todos los
terrenos en donde esta lucha se plantee.
Si es cierto que vivimos en el socialismo, o que vamos para
allá, queremos elegir nuestra policía, nuestra justicia. Queremos que los
impuestos que pagamos queden en la comuna para que ahí se decida su destino.
En vez de manifestaciones rituales de banderas rojas y
disputas internas, juntemos firmas para exigir que chavez denuncie ante la haya
a los genocidas judíos. [2]
Que en la próxima asamblea constituyente que se realice, no
se discuta tanto la reelección del mandatario (peligrosa modificación que puede
dejar atada la suerte de las luchas si luego triunfa la reacción) como la
reforma impositiva. Y que en todo caso se discuta la remoción inmediata de
cualquier mandatario o representante que haya dejado de cumplir con el mandato
de las masas, que se dé forma jurídica al levantamiento del 19 y 20.
No podemos dejarles la iniciativa propagandística. No esa.
Como Stalin, como Perón, como Fidel, chavez y evo se paran
en el cajón de manzana que les ha quedado que se llama estado nacional, y desde
allí nos llaman a luchar por el socialismo.
Hay que quitarles el estado, pero no tomando la casa rosada,
sino todo lo demás.
Debemos dejar en claro qué es realmente socialismo y qué es
solamente un disfraz. Estatizar el petróleo o la reforma agraria no son medidas
socialistas. Socializar las ganancias del petróleo o la producción agraria sí
lo son.
La diferencia es quién decide a dónde va la guita. Cuando
son las masas, es socialismo, si no, no.
A primera vista no parece una consigna realizable. Pero no
olvidemos que estamos viviendo en una época de cambio revolucionario, no solo
en la región, sino en todo el planeta.
Las fanfarronadas de chavez en contra de bush no eran sino
otra manera de desnudar la falta de control que la política de éste lo llevaba
a tener sobre la lucha de las masas.
Los gobiernos de chavez y evo son la última respuesta de un
sistema que no puede tener ya enchalecadas a las masas, y éstas están luchando
constantemente contra ellos.
Pero ante cada lucha la izquierda se divide.
Es que la tarea planteada es doble. Por un lado, diferenciar
nítidamente lo que es socialismo de lo que se disfraza con sus ropas.
Socialismo es autoorganización de las masas, ausencia de
represión estatal en la toma de decisiones.
Para poder combatir a chavez y evo hay que poder romper
ideológicamente con el trotsky que inventó la conciliación obligatoria, y con
el ortega que en nicaragua se atrevió a decir ante las masas que al que
levantara el brazo para votar por la huelga le iban a cortar las manos.
Socialismo es autoorganización de las masas, desaparición de
la figura represiva del estado especialmente en su función de
rompehuelgas.
Por el otro, (jaja, eso que Marx llamaba la praxis)
intervenir en cada huelga. ( y no como esquiroles).
[1] Distingamos golpes. El ´55, ´76, ´73 en Chile.
No confundir con un grupo de exaltados que intentan un golpe de mano como en el
2002 con Chávez o la oposición a Evo en Pando o la rebelión policial contra
Correa.
[2] Jaja, este articulo mío es de aquella época, y
resulta que el chavo lo hizo solo, sin que nadie se lo pidiera. (me refiero a
aquél ataque israelí a gaza, que motivó aquél artículo ya publicado, Gaza).
[3] Dentro nuestro debemos
aceptar que la lucha por el socialismo no tiene nada que ver con la lucha por
los sentimientos. Y menos, el de la añoranza por los tiempos idos.
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