Capital Fijo
y Variable
"En verdad, dice el señor de Sismondi 22 (t. II, págs.
194-195), no queda más por desear sino que el rey, viviendo completamente solo
en la isla y constantemente dándole vueltas a una manivela, haga que todo el
trabajo de Inglaterra lo cumplan autómatas”.
Pag 78 de los Manuscritos de
1844 Economía política y filosofía. Ed Cartago Bs As 1984. Marx
El proceso cuestionado
por el valor del trabajo pone en relieve una relación fundamental en el seno
del capitalismo. Esa relación es la del capital fijo y el variable.
Marx define
al capital fijo como el que el capitalista está obligado a “adelantar” al
proceso productivo, como el galpón donde se trabaja, las máquinas, herramientas
y materia prima que se utilizará.
El capital
variable es la suma que destinará al pago de sus obreros. Aunque cotidianamente
menor que el otro, es la porción del capital que es negociable. Un acuerdo
ventajoso para el capitalista no lo será para sus empleados, y es lo que se
llama lucha de clases.
Como sucede
en el seno del proceso productivo social, sus vaivenes influyen y son influidos
por los vaivenes de lo social.
El proceso
que tan correctamente describió Marx en el Capital, desnudaba el proceso
lúcidamente, incluyendo la predicción de que, gracias a la ley de disminución
progresiva de la tasa de ganancia, el capitalismo habría de llegar a un cuello
de botella, la necesidad de capitales
astronómicos en el capital fijo, como límite económico, y la organización de
los trabajadores como límite social. (Ver Subsunción real y formal).
La solución
se llamó New Deal. La relación entre capital fijo y variable se volvió a
cambiar hacia el lado del variable, considerando los astronómicos capitales
implicados, y hubo de nuevo paz social.
Fue una
cesión del capitalismo, y podría hablarse hasta de un triunfo proletario, sino
hubiera costado tantos millones de muertos.
Ese aumento
de sueldo sustantivo para la clase trabajadora, no solamente compró su buena voluntad,
gracias a la heladera y el televisor. También compró a las organizaciones que
los dirigían.
La nueva
crisis implica la ruptura del New Deal. Y la vuelta atrás a las condiciones
previas.
La relación
entre fijo y variable ha cambiado nuevamente, corriéndose para el extremo del
fijo hasta casi desaparecer el variable. Otra vez, los capitales implicados son
astronómicos.
Pero esta
vez, el proceso productivo ya no es el centro de la escena económica. La clase
trabajadora proletaria ya no es la que produce la mayoría del capital social. Si
volvemos a la cita de Adam Smith, las mercaderías producidas para un país
determinado ya no son producidas por la mayoría de la población. El proceso ha
mejorado tanto, que las personas
implicadas no son tantas.
Eso pone un
freno a las posibilidades sociales de maniobra del gran capitalismo.
Pero además
pone un límite económico muy severo a la capacidad de maniobra del sistema, en
la medida que deja de influir en el proceso de producción de riqueza.
Volvamos a
la cita de Smith[1]. La
cantidad de horas trabajadas por la nación generan su riqueza. Las mercaderías.
Eso ya no
es cierto. La riqueza de la nación ahora también se mide en la cantidad de
riqueza social que crea la economía terciaria.
Que no
produce mercaderías, produce servicios.
Ya no son
empleados del gran capital. Son autónomos.
El sistema,
en la medida en que todavía lo es, ya no puede manejarlos dentro del galpón de su fábrica, así que ahora lo maneja desde la
posesión del estado.
Eso lo pone
en una situación terminal. Teóricamente el estado es una herramienta social,
que depende democráticamente de la mayoría social para su funcionamiento. El
sistema pretende ahora transformarlo en un estado policíaco que mantenga
antiguas relaciones productivas de manera autocrática.
Puede verse
como viable desde lo económico, desde lo social es imposible.
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