domingo, 15 de abril de 2012

Automatización...






El mismo Marx ya había entrevisto en los Grundrisse la posibilidad de que el avance impetuoso de las fuerzas productivas, especialmente de la ciencia y la tecnología, volviera ínfima en términos relativos la proporción cuantitativa de trabajo vivo (fuerza de trabajo que ejecuta el trabajo abstracto) con relación a la parte de trabajo muerto, objetivado y pretérito que tendría lugar durante una automatización casi total del proceso productivo. Esta posibilidad abriría las puertas, según losestos poner “los” manuscritos del período 1857-1858, a una medida cuantitativa de la riqueza social, realizada no en términos de trabajo sino en términos de tiempo libre, o sea, tiempo de no trabajo, lo cual derribaría la teoría del valor en sus aspectos cuantitativos. Pero el aspecto cualitativo seguiría en pie, mientras no se modificaran el conjunto de relaciones que constituyen el ser social (la ontología social en la que se basa el régimen capitalista). En tanto estas últimas no se transformen, el trabajador que ejerce su trabajo vivo asistirá impasible a la metamorfosis de sus productos en valores, de sus relaciones sociales interhumanas en cosas y continuará subordinado a los mandatos y sanciones del mercado. Al mismo tiempo, seguirá siendo subsumido formal y realmente por el capital y su personificación, el capitalista colectivo, que hoy ya no pertenece a un solo país sino al mundo, aunque el imperialismo sigue valiéndose de los Estados-nación. La subsuncción ya no es solamente del trabajo en el capital sino de toda la sociedad, incluida la naturaleza.



                                             Marx en su (Tercer) Mundo.Kohan. Pag 148.

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