Yo y el gato de cheschire
(una reflexión acerca de la desaparición del
estado capitalista)
A medida
que el ojo vigilante del estado del gran hermano tiene cada vez más lugares en
donde fijarse, y menos ojos posibles, es que me siento a veces sosteniendo su
mirada como al gato de cheschire, al que le desaparecen los ojos al último.
Cada vez
es más y más etéreo e intangible, cada vez oprime menos. Su mirada cada vez
tiene menos brillo.
Al
contrario, cada vez le desaparece menos el gato y si se le apagan más los ojos.
Cada vez el sistema es puesto más y más al centro y más y más es discutido, por
cada vez más gente y cada vez más caliente.
Porque
aquélla mirada omnímoda del gran hermano, del estado capitalista puesta en
controlar rígidamente y de cerca al individuo, se ha transformado en una mirada
omnímoda del ciudadano sobre el estado.
La cámara
que registra el accidente del bondi con los dos trenes, es del estado? Es de
todos?
En el
capital no dice que haya que expropiar esa cámara, esa mirada del estado, ese
capital del estado. Pero nace expropiado.
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